A FONDO

A pocos días de celebrarse el Día de la Persona Emprendedora en la Comunitat Valenciana, nos acercamos a la situación de las empresas biotecnológicas en España y en la Comunitat Valenciana para entender mejor sus particularidades y abordar algunos aspectos clave para la puesta en marcha de iniciativas relacionadas con este campo relativamente desconocido, innovador, multidisciplinar y lleno de posibilidades.

AUTOR: RUVID

España ocupa un lugar creciente en la producción biotecnológica a nivel europeo a pesar de su tardía incorporación a este nuevo sector tecnológico. La fundación pública de ámbito estatal, Genoma España, en sus sucesivos informes ha constatado su pujanza durante la última década. Este sector está generando no solo nuevas empresas altamente innovadoras, sino que se incorpora a empresas de sectores maduros y más tradicionales. Se ha de entender la biotecnología, pues, como un sector horizontal que incide en gran variedad de industrias y genera productos de alto valor añadido. Genoma España comprobó la evolución del número total de empresas, tanto biotecnológicas como otras empresas industriales (en las que la biotecnología aporta valor a su proceso productivo), o bien empresas de carácter comercial y/o de prestación de servicios, y afirma que se incrementaron un 70% durante el periodo 2000-2008, en total contabilizaron 669 empresas.

 

La Asociación de Empresas Biotecnológicas de la Comunidad Valenciana (Bioval), por otra parte, confirma la buena salud del tejido empresarial biotecnológico de la Comunitat ya que ha pasado de 24 empresas existentes en 2003 a 58 en 2008 con lo que nos situamos entre las tres regiones con mayor número de bioempresas a nivel nacional. Por sectores de aplicación, las empresas valencianas se dedican mayoritariamente a la llamada Biotecnología Verde (agricultura y alimentación) y a la Roja (salud humana). Según los últimos datos disponibles, la facturación de estas empresas representó cerca del 20% de la facturación total del sector a nivel nacional, alcanzando los 127 M€ en 2008. Mientras tanto, el sector generó 867 empleos, el 20% del total a nivel nacional.

 

Valencia como Bioregión

 

A pesar de estos buenos resultados, Bioval trabaja con empresas, centros públicos de investigación, y la Administración estatal y autonómica para desarrollar la Bioregión Valenciana, como las ya consolidadas en Madrid, Cataluña y País Vasco. Mª Eugenia Hernández, gerente de la Asociación, comenta que se proponen aumentar el nivel tecnológico y competitivo del sector, posicionar a la Comunitat en el mapa internacional, y desarrollar alianzas entre los integrantes de la entidad formando una Bioregión. Entre los retos se encuentra también potenciar la biotecnología como herramienta de innovación en sectores tradicionales o maduros como el textil, la cerámica, o la alimentación, etc.

 

El desarrollo de la Bioregión, asegura la gerente, es una iniciativa que permitirá impulsar la diversificación industrial, mejorar la cooperación entre el sector público de investigación y el tejido industrial, fomentar empleo cualificado y contribuir a generar una economía regional basada en el conocimiento y la tecnología. Se ha estimado que la implementación del Plan Estratégico para la configuración de la Comunitat como Bioregión 2009-2013 significará la generación directa de 2.600 puestos de empleo directos de alta calificación. El objetivo es en 2014 alcanzar los 600M€ de facturación, 250 empresas y 3.500 empleos directos e indirectos.

 

La Asociación, sin embargo, propone ser selectivo en cuanto a las áreas a potenciar. Según su gerente: “La biotecnología tiene un carácter muy transversal y, aunque Bioval apoya todas las diferentes empresas asociadas, se han detectado los posibles nichos de mercado donde podemos alcanzar un peso específico a nivel internacional. Del sector agroalimentario se trata de la alimentación funcional y los suplementos nutricionales, y el diagnóstico molecular (seguridad alimentaria); y, en el sector de la salud humana, la ingeniería de tejidos, la medicina reproductiva y el diagnóstico molecular de enfermedades genéticas son las áreas con mayor potencial.

 

La creación de una empresa biotecnológica

 

Para alcanzar los objetivos propuestos a corto plazo para nuestra Comunitat, han de nacer más empresas, crecer y consolidarse. Esto último, no es nada fácil, aseguran los expertos, para una empresa de base tecnológica (EBT), especialmente en el caso de una relacionada con la biotecnología porque son muy pocas las que empiezan a facturar en los primeros años de creación. Es la parte más crítica, precisa Jesús Casanova, director general del CEEI Valencia, cuando está en juego la supervivencia del proyecto. Los Centros Europeos de Empresas e Innovación agrupados en la Asociación ANCES, sin embargo, parecen haber descubierto la clave. “Mantenemos el sello de calidad europea por la baja tasa de fracaso empresarial. Antes de la crisis, sobre los 3 o 4 años el 60% de las empresas cerraban, pero en el caso de las que asesoramos nosotros no llega al 20%”. ¿Cuál es la receta del éxito? Pues confluyen varios factores como la formación y asesoramiento en la constitución de la misma, el acompañamiento durante los primeros años para que se consolide o la posibilidad de ubicarse en el Centro de Negocios o Centro de Empresas Innovadoras.

 

Estar situados en un entorno proclive a la innovación y a las sinergias es fundamental en una primera fase. En este sentido, los parques científicos de las universidades son también lugares idóneos para instalar una EBT relacionada con la biotecnología, sobre todo para las empresas “spin-off” que surgen de las investigaciones universitarias, por los servicios que ofrecen, las facilidades de instalación y la visibilidad que generan. El Parc Científic de la Universitat de València, por ejemplo, acoge a 12 empresas biotecnológicas, de un total de 50 compañías instaladas. El futuro proyecto del Biopolo impulsado por la Fundación para la Investigación del Hospital La Fe se perfila como otro gran foco de empresas innovadoras relacionadas con la salud.

 

Gran parte del trabajo realizado por entidades de apoyo a los emprendedores empieza, sin embargo, mucho antes de la creación de la empresa. Son muchos los requisitos necesarios para poner en marcha un proyecto empresarial de manera exitosa: tener una buena idea de negocio y convertirlo en proyecto empresarial; disponer de un equipo promotor motivado; contar con el apoyo de técnicos asesores especializados; formarse en la creación de EBT y en los aspectos básicos de la gestión; estudiar a la competencia, y, por supuesto, elaborar un plan de negocio sólido. Han surgido varios organismos que facilitan la puesta en marcha de empresas biotecnológicas y organizan cursos y jornadas para preparar a emprendedores en esta aventura, emprendedores que generalmente proceden del entorno académico y se hayan perdidos en cuestiones legales y financieras.

 

De hecho, RUVID organiza habitualmente jornadas sobre la creación de “spin-offs” en general y ha editado una guía informativa para el emprendedor. Asimismo, las universidades valencianas, a través de sus Oficinas de Transferencia de Resultados de Investigación (OTRI) proporcionan apoyo a emprendedores y organizan seminarios formativos, incluyendo charlas específicas dedicadas al ámbito de la biotecnología. Cabe señalar, entre otros, el Máster Universitario en Creación y Gestión de Empresas Innovadoras y de Base Tecnológica de la Universitat de València, y la labor realizada por el Instituto IDEAS para la Creación y Desarrollo de Empresas de la Universidad Politécnica de Valencia, el primer programa español de apoyo al emprendedurismo universitario que sigue siendo un referente en este ámbito ofreciendo formación a emprendedores y dando apoyo para la creación y desarrollo de más de 400 empresas de base tecnológica y “spin-off” con un elevado índice de supervivencia.

 

Formación específica

 

En cuanto a cursos más extensos relacionados con el ámbito que nos ocupa, Genoma España y la Asociación Nacional de CEEI Españoles (ANCES) lanzaron en 2004 de manera conjunta el programa BioANCES. En mayo comenzó la sexta edición de este curso on-line cuyo objetivo es formar, asesorar, apoyar y acompañar a emprendedores que desean poner en marcha una empresa innovadora de base biotecnológica. Las ideas de negocio son valoradas confidencialmente por expertos de Genoma España y el emprendedor recibe el asesoramiento de un tutor profesional de su CEEI – en la Comunitat existen estos centros impulsados por la Generalitat en Castellón, Valencia, Alcoi y Elche-. “El programa BioANCES ofrece ayuda en el análisis de la viabilidad de la idea, un sistema de formación que permite trabajo interactivo en grupo, la evaluación de los trabajos, el seguimiento personalizado de los proyecto, asesoría y tutoría de los plantes de negocio, espacio de cooperación e intercambio de conocimientos y apoyo para la búsqueda de financiación necesaria para el lanzamiento del proyecto”, detalla Noelia Romero, responsable del Programa, y añade: “También hemos lanzado un curso nuevo para la formación de directivos con el objetivo de contribuir a la consolidación de la empresa”.

 

BioVal es otra de las entidades volcadas en la formación de emprendedores. En septiembre arranca la tercera edición del Curso Superior de Biotecnología en la Empresa que proporciona formación de carácter presencial científico-tecnológica y de gestión empresarial para el personal que vaya a incorporarse a una empresa del sector. El profesorado proviene casi íntegramente de las principales empresas relacionadas con el sector y el curso se complementa con prácticas realizadas en las empresas asociadas.

 

Financiación

 

Uno de los aspectos que, sin duda, preocupa a los promotores de una iniciativa empresarial es la financiación del proyecto. Como las fases de I+D en el caso de las iniciativas biotecnológicas son largas e implican mucha inversión para llevarlas a cabo, es imprescindible en estos primeros años contar con financiación pública ya que los inversores privados no suelen arriesgarse en esta fase inicial y los emprendedores tampoco suelen desear su ayuda para no perder las riendas del proyecto. Tanto las universidades como otros organismos públicos ofrecen ayudas para EBT, solo es cuestión de indagar un poco. Genoma España, por ejemplo, evalúa los planes de negocio de los participantes en cada edición del curso y otorga una las más prometedoras una ayuda económica de entre 20.000 y 30.000 euros. Asimismo, organiza anualmente un Foro de Presentación de Proyectos y Empresas Biotecnológicas donde los participantes del curso se someten a la evaluación de inversores privados, capital riesgo y fondos especializados. Las universidades valencianas también organizan periódicamente foros similares para sus investigadores/emprendedores.

 

Entre los fondos públicos, en forma de subvenciones y créditos, a los que se puede optar, figura la Línea para jóvenes emprendedores ofrecida por la Empresa Nacional de Innovación (ENISA), adscrita al Ministerio de Industria, Turismo y Comercio; el Programa de Fomento de la Investigación Tecnológica (PROFIT), y diferentes ayudas autonómicas, en el caso de la Comunitat, del Instituto de la Mediana y Pequeña Industria Valenciana (IMPIVA) y del Instituto Valenciano de Finanzas. Además, es interesante saber que las ayudas NEOTEC del Centro para el Desarrollo Tecnológico Industrial (CDTI) abarcan las fases de creación, consolidación y capital riesgo, y que para el área de biotecnología, la cuantía de crédito "semilla" para la fase de creación de empresa puede llegar hasta 600.000 euros. También se lanzará en breve la segunda edición del Programa Innocash del Ministerio de Innovación, proyecto de cofinanciación público privada de proyectos de desarrollo tecnológico orientados por la demanda.

 

El truco parece estar en la combinación de varias fuentes de financiación. Por poner un caso de promotores procedentes de las universidades valencianas, nos detenemos en Valentia Biopharma, constituida en 2006 a partir de las investigaciones del grupo de Genética Molecular del Desarrollo de la Universitat de València. La empresa, instalada en el Parc Científic, está dedicada a la investigación y desarrollo de nuevas formas de terapia frente a enfermedades humanas, en concreto de las raras, como la Distrofia Miotótica. Además de la aportación de los socios promotores, contaron para arrancar la iniciativa con un crédito ICO y participaron en varios proyectos relevantes, entre ellos un GESTA del IMPIVA y otro de Genoma España. A partir de 2008 la empresa se ido consolidando con la entrada en el accionariado de los primeros socios financieros, la recepción de un crédito NEOTEC y actualmente participan en el proyecto de CTGen impulsada por Genoma España y en el consorcio de CENIT MIND.

 

Bioemprendedores

 

Jesús Casanova apunta que, quien piense que es arriesgado poner en marcha una empresa en estos momentos, vale la pena por lo menos desarrollar la idea. Después ya se estudiará si finalmente se crea o no, o si se cambia la idea original, pero no hay que perder la oportunidad de trabajar en ello porque se han dado casos de la venta de dicha idea a otra empresa ya constituida.

 

Quienes no dudaron en constituir una empresa fueron los componentes del grupo de Fitopatología de la Universidad de Alicante, grupo de investigación que dirige el Dr. Luis Vicente López Llorca. Se trata de Glen Biotech SL, empresa de base tecnológica fitosanitaria lanzada recientemente y que está especializada en tratamientos de control biológico de enfermedades y plagas. Comenzará su actividad con la producción y comercialización de un producto específico para la plaga del picudo rojo, pero trabajan en otras líneas de trabajo que han generado patentes, como en el área de los antifúngicos naturales y también de los hongos endófitos, que pueden dar lugar en el futuro a más productos comercializables.

 

Todas las universidades han desarrollado normativas específicas sobre la creación de “spin-offs”, en el caso de la Universidad de Alicante, Glen Biotech es la primera empresa surgida según la nueva normativa aprobada recientemente. “Ahora falta que se apruebe la nueva ley estatal que regule la participación del profesorado en las EBT porque actualmente nuestra participación ha de ser muy baja para no incurrir en incompatibilidades”, comenta el Dr. Luis Vicente López Llorca.

 

Los promotores han contado para iniciar este proyecto con la ayuda de la Unidad de Innovación de la OTRI de la Universidad y de Genoma España y la colaboración del CEEI Alcoi, de hecho actualmente se encuentran realizando el curso para bioemprendedores de BioANCES. La investigadora Berenice Güerri, socia de Glen Biotech, afirma que: “La formación en temas empresariales es esencial porque los investigadores generalmente estamos lejos de ese mundo. Los conocimientos científicos y un buen producto son necesarios pero no suficientes. Poco a poco descubres que necesitas el servicio de un abogado y una asesoría, por ejemplo”. Actualmente se encuentran rehaciendo el plan de empresa, creando una cartera de clientes y buscando financiación pública. En breve esperan trasladarse al Centro Incubador de Nuevas Empresas de base Tecnológica de la Universidad.

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