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Una investigación realizada por profesores de la Universidad Católica de Valencia, la Universitat de València y la Universitat de Barcelona, ha resultado finalista del Premio ACEDE en el XXI Congreso dela Asociación Científica de Economía y Dirección de la Empresa.

AUTOR: UCV

Un estudio realizado por la Dra. María Gil Marqués, profesora de la Facultad de Estudios de la Empresa de la Universidad Católica de Valencia “San Vicente Mártir”, demuestra que la gestión de la calidad total en empresas de los sectores del mueble y del textil, la mayoría PYMES, “favorece directamente la innovación explotadora, la que resulta en mejores productos y procesos”.

 

La comunicación, que ha sido elaborada junto a los Catedráticos María Moreno-Luzón y Jaume Valls-Pasola, de la Universitat de València y la Universitat de Barcelona respectivamente, ha resultado finalista del Premio ACEDE en el XXI Congreso de la Asociación Científica de Economía y Dirección de la Empresa. La comunicación titulada “La multidimensionalidad de las prácticas de gestión de la calidad ante la innovación: análisis del efecto mediador del cambio cultural” tiene como origen los resultados de la tesis doctoral de Gil Marqué, dirigida por Moreno-Luzón, especialista en gestión de la calidad.

 

Este estudio analiza la repercusión de la implantación de sistemas de gestión de la calidad en empresas de sectores tradicionales, en concreto textil y mueble, de la Comunitat Valenciana. La gestión de la calidad comenzó a introducirse en estas empresas en los años 80 del pasado siglo y “supone la aplicación de nuevos principios y prácticas: el control y mejora de los procesos, la orientación a la satisfacción de los clientes, la colaboración con proveedores y la implicación de los trabajadores en la aplicación del programa de calidad”, según ha detallado esta profesora. En la mayor parte de los casos esta implantación viene unida a la obtención de una certificación ISO 9001 de gestión de la calidad.

 

Estos investigadores han demostrado que la gestión de la calidad “favorece directamente la innovación incremental, que conlleva la mejora de los productos y procesos partiendo del conocimiento que ya tiene la empresa”. Asimismo, la gestión de la calidad, “cuando se hace énfasis en la participación de directivos y empleados, es capaz de crear una cultura favorable a la innovación más radical o exploradora, la que introduce nuevos conocimientos y tecnologías”, ha añadido Marqués.

 

En este sentido, la Dra. Gil Marqués ha llamado la atención sobre el “riesgo que supone aplicar la gestión de la calidad haciendo énfasis únicamente en el control de procesos y la orientación al cliente, olvidando la importancia del compromiso y participación de trabajadores y directivos. De esta forma, ha advertido que “no se favorece la novedad de la innovación de mayor alcance, sino solo la que supone mejoras incrementales”.

 

Por su parte, la Dra. Moreno-Luzón ha subrayado que la gestión de la calidad introduce un importante cambio cultural en las empresas, que “se ha definido en torno a un conjunto complejo de valores, aparentemente contradictorios, como pueden ser la disciplina y la flexibilidad, o la seguridad y precisión y la experimentación y aceptación del riesgo”. Este cambio cultural se ha demostrado clave para conseguir efectos positivos sobre los resultados de innovación radical e incremental.

 

Finalmente, Gil Marqués ha señalado que, a la vista de los resultados de la investigación, “la dirección de las empresas debe tomar conciencia del potencial que tiene la implantación de la gestión de la calidad para generar un contexto cultural favorable a la innovación”. Así, “la creciente presión competitiva está demandando a las empresas aunar calidad e innovación, para sobrevivir en un entorno cada día más complejo y competitivo. La colaboración entre los responsables de calidad e innovación puede ayudar a las organizaciones a obtener resultados mejores, y aprovechar las sinergias calidad-innovación”, ha observado.