INVESTIGAR EN EUROPA

Hasta qué punto puede resistir un movimiento sísmico sin deteriorarse un campanario, una antigua chimenea de fábrica o cualquier otra estructura esbelta de mampostería. Esto es lo que medirá la Universidad de Alicante dentro de una investigación que incluirá diseñar procedimientos de refuerzo.

AUTOR: UA

Este proyecto, en el que participan también centros de Italia y Perú, lo coordina la UA. Se prolongará hasta 2015. El equipo que lo desarrolla está dirigido por el catedrático de Ingeniería de la Construcción Salvador Ivorra, y también intervienen en él expertos del Instituto Tecnológico de la Construcción (AIDICO). Cuenta con una financiación de 104.000 euros para gastos del Ministerio de Economía, un hecho que, a juicio del director del proyecto, es destacable en las actuales circunstancias de restricciones en los fondos para investigación e innovación.

 

El estudio busca predecir el comportamiento dinámico de estas estructuras frente a sacudidas sísmicas. Indica Salvador Ivorra que, además de las que forman parte de edificios monumentales, el paso del tiempo ha convertido a las que siguen en pie en hitos del desarrollo de las ciudad, incluso en bienes de interés cultural como parte del patrimonio histórico industrial. El terremoto sufrido en 2011 por Lorca ha evidenciado la vulnerabilidad de estas construcciones altas y delgadas, que en algunos casos sufrieron desperfectos irreparables.

 

Las fases del proyecto serán: primero medir su riesgo de sufrir daños; elaborar luego a partir de los datos recogidos modelos numéricos y, basándose en ellos, establecer teóricamente procedimientos de refuerzo. Luego se aplicarán en la práctica esas medidas destinadas a aumentar su resistencia y se repetirán las mediciones para comprobar su efectividad.

 

Los investigadores ya han realizado algunas medidas preliminares en Valencia y en Crevillente con chimeneas industriales, para las que, según señala el director de la investigación, las autorizaciones son más fáciles de obtener mientras que con los campanarios los trámites administrativos son más complejos. A lo largo de la investigación con una variedad de ejemplares en diferentes localidades, situarán sensores y posteriormente estudiarán cómo y en qué proporción reforzar estas estructuras con materiales adecuados que reúnan resistencia y elasticidad, pero causando el menor impacto estético. Su propósito es emplear fibra de vidrio, descartando en principio la fibra de carbono, por su mayor coste, y el acero, que ofrece problemas de corrosión y puede provocar daños adicionales.

 

Para predecir el comportamiento de las chimeneas y campanarios frente a eventuales terremotos los investigadores registrarán su respuesta ante otras vibraciones y tensiones comunes, como las causadas por el viento e incluso el tráfico rodado. Una vez obtenidos estos datos el equipo desarrollará modelos matemáticos para calcular qué efectos producirían las sacudidas sísmicas según su intensidad y características. Tras aplicar los correspondientes refuerzos a los ejemplares bajo estudio experimental, volverán a realizar mediciones para valorar cómo ha aumentado su resistencia y la validez del método diseñado.
 

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