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20/03/2018

Ángela Nieto, Javier García y Guillermina López, premiados por grandes instituciones

Ángela Nieto, investigadora del Instituto de Neurociencias (CSIC-UMH), recibe el Premio Fundación Lilly de Investigación Biomédica 2018. El investigador de la UA, Javier García, reconocido con el premio al mejor emprendedor de EE. UU. en el sector químico. Y Guillermina López, también del Instituto de Neurociencias (CSIC-UMH) obtiene el Premio Joseph Altman en Neurociencia del Desarrollo.

 



AUTOR: UMH/UA

Ángela NietoÁngela Nieto, Premio Fundación Lilly de Investigación Biomédica 2018

 

Los Premios Fundación Lilly de Investigación Biomédica 2018 ha otorgado el premio en la Categoría de Preclínica a la investigadora del Instituto de Neurociencias, centro mixto de la Universidad Miguel Hernández (UMH) de Elche y el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), Ángela Nieto.

 

Según los organizadores, la investigadora Nieto ha recibido este galardón por su contribución pionera al estudio de los mecanismos moleculares durante el desarrollo embrionario relacionados con el desarrollo de fibrosis y cáncer. Recientemente, Ángela Nieto ha identificado los genes que determinan la situación del corazón en la cavidad torácica.

 

Los Premios Fundación Lilly de Investigación Biomédica reconocen la investigación biomédica de alta calidad en España y apoyan trayectorias científicas de excelencia. Además de Ángela Nieto, la Fundación ha otorgado otro reconocimiento al doctor Alvar Agustí, en la Categoría de Clínica.

 

Según ha señalado el director de la Fundación Lilly, José Antonio Sacristán, “el Jurado ha distinguido a dos científicos españoles reconocidos internacionalmente, que han llevado a cabo estudios pioneros en áreas como el cáncer y la EPOC, de enorme impacto sanitario”.

 

La investigadora del Instituto de Neurociencias Ángela Nieto ha sido reconocida con el Premio Fundación Lilly de Investigación Biomédica Preclínica 2018 por sus aportaciones pioneras en el estudio de la transición epitelio-mesénquima (EMT), un mecanismo molecular fundamental durante el desarrollo embrionario.

 

Sus investigaciones han sido determinantes para definir cómo la reactivación de programas embrionarios en la edad adulta provoca el desarrollo de patologías devastadoras como el cáncer, la fibrosis o las alteraciones del crecimiento y han contribuido a abrir nuevas líneas de investigación en la lucha contra las enfermedades degenerativas de órganos internos.

 

En 2017, su grupo de investigación definió el mecanismo que determina el posicionamiento del corazón a la izquierda, lo que ayuda a entender mejor las malformaciones cardiacas congénitas, que representan alrededor del 50% de las malformaciones encontradas en el momento del nacimiento. La EMT es actualmente un campo de investigación fundamental en Oncología y Nefrología.

 

Ángela Nieto dirige el laboratorio de Fisiopatología de los Movimientos Celulares en Vertebrados, del Instituto de Neurociencias UMH-CSIC, que cuenta con 22 investigadores. Autora de más de 120 artículos en revistas científicas de alto impacto, la investigadora Nieto ha recibido importantes galardones como el Premio de la Fundación Carmen y Severo Ochoa o el Rey Jaime I en Investigación Básica. En diciembre pasado, fue galardonada con el Premio México de Ciencia y Tecnología, otorgado por el Gobierno de México a investigadores que hayan contribuido de manera significativa al conocimiento científico universal.

 

Asimismo, es representante de España en varios comités internacionales, miembro de la Academia Europea y del comité científico y técnico de la Agencia Estatal de Investigación. Desde enero, la doctora Ángela Nieto preside la Sociedad Internacional de Biología del Desarrollo.

 

Por otro lado, desde 2001, la Fundación Lilly tiene como objetivo contribuir a la excelencia en la Ciencia y la Medicina en España, a través de actividades dirigidas al fomento de la Ciencia, al impulso de la Medicina y a la promoción del Humanismo Médico. Anualmente, la Fundación convoca los Premios de Investigación Biomédica, las Citas con la Ciencia y apoya diversas acciones de divulgación científica.

 

En el área de Medicina, destacan iniciativas como la Cátedra de Educación Médica, MEDES – MEDicina en ESpañol, su programa de gestión sanitaria o Medicina Centrada en el Paciente. Las actividades destinadas a dar a conocer figuras sobresalientes en el ejercicio de la medicina con un enfoque humanista como Andrés Laguna, a través de la Lección Magistral o el Aula, o William Osler centran el área de promoción del Humanismo Médico.

 

Javier GarcíaJavier García recibe el premio al mejor emprendedor 2018 por la Sociedad Americana de Química

 

El catedrático de Química Inorgánica y director del Laboratorio de Nanotecnología Molecular de la Universidad de Alicante (UA), además de fundador de la empresa de base tecnológica Rive Technology, Javier García, ha sido galardonado con el Kathryn C. Hach Award for Entrepreneurial Success 2018 (premio al mejor emprendedor de EE. UU. en el sector químico), otorgado por la Sociedad Americana de Química (ACS, American Chemical Society). El acto de entrega ha tenido lugar el 20 de marzo de 2018 durante la reunión anual de la Sociedad celebrada en esta ocasión en Nueva Orleans.

 

Ya en 2015 la ACS, sociedad científica más grande del mundo con más de 161.000 miembros, le concedió el premio al Mejor Investigador Emergente, por lo que este nuevo reconocimiento consolida a García como un científico de primer nivel internacional.

 

Ésta es la primera vez que la Sociedad Americana de Química otorga este galardón a un extranjero por lo que –en palabras de Javier García– “es un reconocimiento a las personas que crean riqueza independiente de su origen”.

 

“Este premio no es solo a una persona, sino a todos los que hacen posible Rive Technology, la empresa que fundé hace más de diez años para mejorar la eficiencia de los procesos químicos utilizando los últimos avances en nanotecnología. Además, es también un reconocimiento a la Universidad de Alicante donde estudié y ahora trabajo para que otros tengan las mismas oportunidades que he tenido yo”, añade el investigador de la UA.

 

El Kathryn C. Hach Award for Entrepreneurial Success cuenta con una dotación de 20.000 dólares. Entre los galardonados en ediciones anteriores destacan algunos de los mejores científicos que han llevado sus descubrimientos al mercado como David R. Walt, Terry L. Brewer y Joseph M. DeSimone.

 

Como parte de este reconocimiento, la Sociedad Americana de Química ha organizado un simposio de dos días para celebrar y dar a conocer el trabajo de Javier García en el que participarán algunos de los más prestigiosos profesionales de la química como el Premio Príncipe de Asturias Mark Davis o el presidente de la Asociación Internacional de Zeolitas, Valentin Valtchev.

 

Durante su discurso de agradecimiento por la entrega de este prestigio reconocimiento, García describió su trabajo en el descubrimiento y comercialización de catalizadores diseñados para mejorar la eficiencia de los procesos de químicos que, desde 2012, se utilizan en varias refinerías de EE. UU. “Los catalizadores que comercializamos permiten reducir la emisiones de CO2 y generar combustibles de forma más eficiente. Son un excelente ejemplo de cómo la nanotecnología puede utilizarse para producir más y mejor energía de forma más respetuosa con el medioambiente”, explica.

 

Javier García es catedrático de Química Inorgánica y director del Laboratorio de Nanotecnología Molecular (NANOMOL) de la Universidad de Alicante, centro de investigación de referencia en nanomateriales para aplicaciones energéticas.

 

El liderazgo científico y empresarial del investigador de la UA ha sido reconocido con numerosos premios de gran prestigio. Además de convertirse en el primer español en recibir el Premio al Investigador Emergente y el Premio a la Mejor Innovación, en 2014 le fue concedido el Premio Rey Jaime I en la categoría de Nuevas Tecnologías. Es miembro del Comité Ejecutivo de la Unión Internacional de Química Pura y Aplicada (IUPAC), del Alto Consejo Consultivo de la Generalitat Valenciana, del Consejo de Tecnologías Emergentes del Foro Económico Mundial, de la Global Young Academy y miembro de la Royal Society of Chemistry.

 

Guillermina LópezLa investigadora Guillermina López Bendito, Premio Joseph Altman en Neurociencia del Desarrollo

 

La Sociedad Japonesa de Neurociencia ha otorgado el Premio Joseph Altman en Neurociencia del Desarrollo a la investigadora del Instituto de Neurociencias, centro mixto de la Universidad Miguel Hernández (UMH) de Elche y el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), Guillermina López Bendito.

 

Este galardón reconoce el trabajo de López Bendito sobre los circuitos tálamo-corticales, implicados en procesos tan importantes como la percepción sensorial o la consciencia. La entrega del Premio se celebrará durante la 41ª Reunión Anual de esta Sociedad, que tendrá lugar del 26 al 29 julio en Kobe (Japón).

 

La investigadora López Bendito dirige el grupo Desarrollo, Plasticidad y Regeneración de los Circuitos Talamocorticales del Instituto de Neurociencias. En su laboratorio han constatado la importancia del tálamo, una región del cerebro que actúa como “controlador” de la información, para compensar los déficits de los sentidos durante el desarrollo.

 

En julio del año pasado, López Bendito recibió el premio internacional IBRO-KEMALI, para investigadores menores de 45 años, por sus “contribuciones excepcionales” al estudio del desarrollo y plasticidad de las conexiones entre el tálamo y la corteza cerebral, las más importantes en el cerebro para el procesamiento de la información sensorial.

 

El galardón Joseph Altman en Neurociencia del Desarrollo se estableció para conmemorar los logros en neurociencia del desarrollo del fallecido Joseph Altman, premio Príncipe de Asturias en 2011, que descubrió la neurogénesis adulta en la corteza cerebral.

 

El tálamo es una estructura simétrica localizada en el centro del cerebro, formada por dos mitades aovadas unidas por su parte anterior lateral. Del tamaño de una nuez, el tálamo funciona como un controlador de la información que llega al cerebro procedente de los sentidos, a excepción del olfato. Su misión consiste en seleccionar los datos relevantes para enviarlos a la corteza cerebral, donde serán procesados. Sin esta labor de filtrado, la corteza cerebral se colapsaría por el exceso de información. Las conexiones entre estas dos regiones del cerebro, denominadas tálamo-corticales, se establecen temprano en el desarrollo embrionario y están bastante maduras en el momento del nacimiento.

 

El tálamo es esencial, también, para que se lleven a cabo las adaptaciones que tienen lugar cuando alguno de los sentidos no se desarrolla adecuadamente o se pierde totalmente antes del nacimiento, un proceso que se denomina deprivación sensorial temprana.

 

Gracias a esta capacidad de adaptación mediada por el tálamo, denominada plasticidad, se pueden compensar defectos que afectan a los sentidos potenciando otros. El grupo de la investigadora Guillermina López Bendito utiliza ratones sin retina, esencial para la vista, o sin cóclea, fundamental para el oído, para estudiar qué ocurre en la zona de la corteza cerebral, encargada de procesar la información visual o auditiva, respectivamente, cuando esta falta.

 

Con su trabajo ha descubierto que el área de la corteza cerebral que procesa la información procedente de los bigotes de los ratones, equivalentes a nuestro tacto, aumenta un 15% para compensar la falta de visión. Según ha explicado la investigadora López Bendito, “esto es lo relevante, porque no se debe a la experiencia, ya que hasta los 15 días después del nacimiento los ratones normales tienen los ojos y los oídos cerrados. Y significa que el cerebro detecta que la retina no está funcionando y pone en marcha los cambios necesarios para compensar la falta de visión antes del nacimiento, cuando los ojos aún no están operativos. Y la estructura que media estas adaptaciones es precisamente el tálamo”.

 

Según los investigadores, ya se sabía que una adaptación así ocurre en personas que pierden la vista a lo largo de la vida, pero el equipo de la investigadora López Bendito ha demostrado que ocurre lo mismo durante la etapa embrionaria. El objetivo de esta línea de investigación del grupo que dirige Guillermina López es encontrar formas de restaurar los circuitos sensoriales dañados. Para ello, trabajan en la reprogramación de un tipo de células del cerebro, denominadas astrocitos, que esperan convertir en neuronas para restaurar los sentidos alterados.


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