Entrevista a José E. Capilla, vicerrector de Investigación, Innovación y Transferencia de la Universitat Politècnica de València (UPV), y presidente de la Red de Universidades Valencianas para el fomento de la I+D+i (RUVID) desde abril de 2018.

AUTOR: UPV

¿Cómo valora el estado de la investigación en la Comunitat Valenciana?

 

Después de la etapa de crisis económica que hemos sufrido en la sociedad española, y sus consecuentes recortes presupuestarios en el ámbito universitario, aún no es momento de afirmar que la situación actual sea boyante en cuanto a recursos, pero sí me gustaría remarcar la enorme capacidad del sistema valenciano de ciencia, tecnología e innovación de sobreponerse incluso en circunstancias desfavorables.

 

En este momento, sabemos que el gasto en personal de investigación de la Comunitat Valenciana, en general, y en I+D+i, en particular, está 19 puntos por encima de la media española. Esto significa que el sistema de ciencia y tecnología relacionado con centros de investigación y universidades en la Comunitat tiene un peso específico muchísimo mayor que en el resto de España. Algo de lo que podemos sentirnos orgullosos.

 

¿Qué retos se plantea desde la presidencia de RUVID?

 

El primero de todos es avanzar en todo lo que se refiere a la contribución económica, empresarial y social de los resultados de la I+D+i universitaria en la Comunitat Valenciana, que se traduce en fomentar la colaboración de las universidades con el sector empresa y con los centros tecnológicos, y en la consecución de los objetivos marcados por los proyectos que tenemos en marcha.

 

Nuestro objetivo final es conseguir una mayor implicación de las universidades valencianas en la estrategia valenciana de especialización inteligente, y para ello, estamos organizando desde RUVID diversas jornadas que cubran este aspecto. En este sentido, en los próximos meses estamos planteando, como primera acción, iniciativas de formación dirigidas al entorno universitario de la provincia de Alicante.

 

Por otro lado, nos parece absolutamente prioritario colaborar con la Agencia Valenciana de la Innovación (AVI), y que nuestro apoyo contribuya a su consolidación, para empezar a obtener cuanto antes beneficios de los resultados de sus acciones. Este objetivo, además, debe producirse independientemente de los cambios de gobierno a los que, como sociedad, estamos expuestos.

 

¿Cómo nos afecta la RIS3 y la transferencia de conocimiento?

 

La RIS3 (Research and Innovation Smart Specialisation Strategy – Estrategia de Especialización Inteligente en Investigación e Innovación) está orientada, en nuestro caso, de forma específica a la empresa. De hecho, el comité de dirección de la RIS3 de la Comunitat Valenciana está dirigido por las asociaciones empresariales provinciales, siendo el presidente de la CEV (Confederación Empresarial Valenciana) también presidente de dicho comité.

 

El único problema de la RIS3, también advertido por expertos de la Comisión Europea que trabajan en este ámbito, es que su planteamiento en esta primera tanda no responde a una verdadera especialización inteligente. Lo cierto es que todas las regiones europeas han establecido estrategias demasiado generales. Lo más probable es que en una fase posterior se generen estrategias que apunten más específicamente a sectores potentes de futuro en la Comunitat Valenciana.

 

¿Qué son los Labs?

 

Los Labs son espacios de entendimiento entre el tejido productivo, el gobierno y el sistema científico-tecnológico de la Comunitat Valenciana donde se generan iniciativas de cooperación conjunta. En la situación actual, ya no se habla de una triple hélice, sino de la cuádruple hélice que es la incluye, además de los sectores academia, industria y gobierno, la variable que aportan los ciudadanos y grupos de interés.

 

Contamos con tres Labs que están aprobados, que ya han arrancado y son muy interesantes:

 

• Qualiment, que no sólo incluye el sector de la alimentación, sino que, además, implica la acción de la agricultura, siendo este un sector con un peso muy importante en el PIB valenciano y en el empleo, y, por supuesto, en el ámbito de la investigación.
• Sport, un sector muy transversal, mucho más amplio de lo que parece, que tiene que ver incluso con el turismo.
• Industria 4.0, que es el reto de esa industria inteligente con aplicación de las TICS donde la UPV tiene mucho que aportar.

 

Con el planteamiento actual, ¿son sostenibles los Labs?

 

Las asociaciones de este tipo, comparables con las iniciativas europeas surgidas de las KICS (Knowledge and Innovation Communities) o de las PPP (Plataformas Público Privadas), requieren de unas estructuras de gobernanza, y éstas, a su vez, necesitan un aparato mínimo para funcionar y para coordinarse. En el caso de los Labs, ha sido la secretaría técnica del IVACE (Instituto Valenciano de Competitividad Empresarial) la encargada de su puesta en marcha, pero va a ser necesario contar con profesionales con perfiles adecuados que se dediquen en exclusiva a los Labs.

 

Si no conseguimos encontrar y encajar estos perfiles va a ser muy difícil que los Labs continúen y fructifiquen, por lo que nos parece una estupenda decisión que se haya aprobado una pequeña partida de los fondos FEDER para ellos. Lo cierto es que no es fácil encontrar a personas con perfiles tan específicos para coordinar y llevar el día a día de los Labs. Es otro reto que tenemos por delante.

 

¿Qué aporta la RIS3?

 

RIS3 es el gran paraguas bajo el que se va a controlar hacia dónde se dirigen los fondos FEDER, así que es muy importante una buena estrategia y una mejor implementación. De hecho, en diciembre de 2017 se aprobó un plan que cuenta con 50 medidas en desarrollo, muchas de ellas ya funcionando, pero todavía falta mucho camino por recorrer.

 

La RIS3 va a movilizar una cantidad muy importante de fondos FEDER que afectarán de forma positiva a la economía de la Comunitat Valenciana para mejorar el funcionamiento de nuestro tejido productivo a través del fomento de la Investigación y el Desarrollo.

 

¿Por qué especialización inteligente?

 

Es una estrategia planteada por la Comisión Europea que generó la plataforma S3 (Smart Specialization Strategy), con el objetivo de introducir componentes racionales y estratégicos para que los fondos FEDER puedan mejorar verdaderamente las potencialidades del tejido productivo, la transferencia de la investigación y las posibilidades de innovación.