12/02/2020

La UV desarrollará proyectos de I+D en Distrofia Miotónica, abonos verdes y compra pública en sanida

Los proyectos son: TATAMI, liderado por el catedrático en Genética, Rubén Artero; Poda-Val, en colaboración con AVA-ASAJA; y Euriphi, a través del Instituto de Investigación de Políticas de Bienestar Social (Polibienestar).



AUTOR: UV

RUVID UV DM1 firma01.mitjansLa UV y organizaciones de pacientes de Distrofia Miotónica cooperarán en realización de un proyecto de I+D

 

La Universitat de València (UV) y diferentes entidades relacionadas con el estudio y la atención de las personas afectadas por la Distrofia Miotónica 1 han firmado un acuerdo de consorcio en el marco del proyecto TATAMI, cuyo objetivo es el desarrollo de un nuevo enfoque terapéutico para la enfermedad. Además de diferentes colaboradores científicos, las asociaciones de pacientes juegan un importante papel en el acuerdo.

 

La Distrofia Miotónica de tipo 1 es la causa más habitual de distrofia muscular en adultos. Sus síntomas son variados, aunque se caracteriza por producir relajación muscular (miotonía) y debilidad progresiva de los músculos. Dependiendo del momento de la aparición de la enfermedad y de cada persona, se manifiesta con distintos niveles de gravedad, llegando incluso a provocar fallos cardíacos y otros daños multiorgánicos.

 

Su origen radica en una mutación del gen DMPK que provoca en los pacientes una acumulación de RNA tóxico que secuestra proteínas Muscleblind, importantísimas para el metabolismo celular. Al no estar disponibles estas proteínas, las células no funcionan de forma correcta.

 

En la actualidad, no existe un tratamiento efectivo capaz de anular la mutación del gen DMPK o de liberar las proteínas de su secuestro. Sin embargo, investigadores de la Universitat de València, liderados por el catedrático de Genética, Rubén Artero, han descubierto la existencia de otras dos moléculas implicadas en la enfermedad. Se trata de dos microRNAs (miRNAs) cuya función es reprimir en la célula la fabricación de proteínas Muscleblind. Este hallazgo plantea un nuevo enfoque para hacer frente a la Distrofia Miotónica de tipo 1.

 

Actualmente, el equipo de investigación se encuentra inmerso en el Proyecto Tatami, que tiene como objetivo desarrollar un fármaco capaz de unirse a estos dos miRNAs e inactivarlos. “El propósito final es reactivar la fabricación de proteínas Muscleblind para sustituir a las que están secuestradas en las células de pacientes con DM1”, comenta Rubén Artero. “En el caso de hallar una terapia contra la Distrofia Miotónica de tipo 1, otras enfermedades en las que intervienen las proteínas Muscleblind podrían tratarse con éxito”, añade el científico.

 

La Universitat de València y diferentes entidades relacionadas con el estudio y atención a la Distrofia Miotónica tipo 1 han firmado un acuerdo de consorcio que establece la cooperación en el desarrollo de este nuevo enfoque terapéutico para la enfermedad. El consorcio está integrado por las entidades que forman parte del proyecto TATAMI (University of Oxford, Institut National de la Santé et de la Recherche Médicale (INSERM), Asociación Instituto Biodonostia, Fundació Institut de Bioenginyeria de Catalunya y Myotonic Dystrophy Foundation de EEUU) e incorpora a la Federación Española de Enfermedades Neuromusculares (Federación ASEM), cuya función estará orientada al establecimiento de vínculos entre la investigación y el colectivo de personas afectadas por la enfermedad.

 

“El papel de la Federación Española de Enfermedades Neuromusculares (Federación ASEM) en este convenio de colaboración se enmarca en el objetivo de la entidad de promover la investigación científica, dando difusión a proyectos que están contribuyendo en la búsqueda de tratamientos eficaces para alguna de las más de 150 enfermedades neuromusculares existentes, como en este caso, la Distrofia Miotónica de tipo 1″, comenta Manuel Rego, presidente de ASEM.

 

Además de difundir los avances en terapias entre pacientes, familias, profesionales sanitarios y entidades relacionadas, mediante sus propios canales de comunicación, la Federación ASEM dará voz al proyecto TATAMI a través del Congreso Nacional en Enfermedades Neuromusculares, y facilitará su participación en foros de pacientes, a nivel estatal y europeo, así como su colaboración con Sociedades Científicas y centros de Investigación.”

 

El Proyecto Tatami cuenta con el apoyo de la industria y la financiación de la Convocatoria de Investigación en Salud de “la Caixa”. 

 

RUVID UV assatjos adob verdUn estudio plantea los abonos verdes en la agricultura para reducir el efecto invernadero

 

Los grupos de investigación SOREiMA y REDOLí de la Unversitat de València (UV) han recibido financiación de la Unión Europea y la Generalitat Valenciana para desarrollar el proyecto agrobiológico Poda-Val, con el que se trasladarán al sector agrario los beneficios de utilizar abonos verdes a partir de restos de poda como aporte de biomasa al suelo antes de la floración.

 

Actualmente, en la región mediterránea gran cantidad de residuos procedentes de la poda o el rastrojo de las cosechas se incineran, lo que emite gases de efecto invernadero y provoca riesgos para la salud de las personas y el medio ambiente.

 

En otros casos, a menudo estos restos se dejan en el campo, lo que puede provocar un daño a los árboles al favorecer la proliferación de determinadas cepas de hongos en los troncos.

 

Por otra parte, la utilización de herbicidas puede ser sustituida por la siembra de especies vegetales para evitar el crecimiento de determinadas adventicias y que son utilizadas como abono verde.

 

La propuesta desarrollada por la Universitat de València y la Asociación Valenciana de Agricultores (AVA-ASAJA) se basa en favorecer el reciclado de los restos de poda y fomentar los abonos verdes o cultivos que aportan su biomasa al suelo antes de la floración, con los cuales se reduce el riesgo fúngico y la aparición de insectos perjudiciales.

 

La aplicación de abonos verdes, elaborados con cultivos vegetales y restos de poda, produce un incremento significativo en la producción de determinados cultivos.

 

Por otro lado, favorecer la fijación de carbono orgánico en los suelos, así como incrementar su contenido de materia orgánica son aspectos muy importantes para paliar los efectos del cambio climático. Después de las rocas y los océanos, los suelos constituyen el principal sumidero de carbono del planeta (más del doble que la atmósfera y la vegetación conjuntamente).

 

Además, evitar la incineración de los rastrojos y restos de poda e incorporarlos a los suelos de los agro-sistemas, contribuye al reciclado de la materia orgánica y nutrientes, a reducir las emisiones de CO2 a la atmosfera, así como al incremento de los stocks de carbono en los suelos. Todo esto ayuda a mejorar la calidad de los suelos y mitigar el efecto invernadero.

 

El proyecto también supone un nuevo enfoque para la valorización de los residuos agrícolas, los cuales dejan de ser incinerados en los campos o trasladados a vertederos o plantas de tratamiento, para realizar in situ el proceso de reciclaje. Además, el manejo adecuado de los restos de poda, rastrojos y cubiertas vegetales incrementa la fertilidad del suelo y contribuye a la balanza del ciclo hidrológico, ya que disminuye la evapotranspiración, incrementa la capacidad de almacenamiento de agua en el suelo y aumenta la recarga de los acuíferos.

 

Por todo ello, el proyecto es una apuesta clara hacia la sostenibilidad y una contribución más en la lucha para mitigar los efectos del cambio climático en el área mediterránea, destacan desde los grupos de investigación.

 

La propuesta (AGCOOP_B/2019/017) está financiada por la Agencia Valenciana de Fomento y Garantía Agraria de la Generalitat Valenciana y por la Unión Europea a través del Fondo Europeo Agrícola de Desarrollo Rural (FEADER).

 

jose garcesPolibienestar investiga cómo innovar en los procesos de compra pública de la sanidad europea

 

El Instituto de Investigación de Políticas de Bienestar Social de la Universitat de València (Polibienestar) participa en el proyecto Euriphi, financiado por el programa Horizonte 2020 de la Comisión Europea con el objetivo de acelerar los procesos de innovación en las administraciones públicas de sanidad.

 

El proyecto Euriphi reformula los procesos de compra pública agrupando los objetivos compartidos por los llamados procesos de Compra Pública de Innovación y de Compra Pública Precomercial.

 

La Compra Publica Innovadora es un contrato que la Administración saca a concurso, a fin de satisfacer una necesidad no cubierta, mediante una solución innovadora. En los procesos de Compra Publica Innovadora, una entidad pública aprueba un pedido de un producto o sistema que no existe en ese momento, pero que puede desarrollarse probablemente en un periodo de tiempo razonable y que requiere el desarrollo de tecnología nueva o mejorada para poder cumplir con los requisitos demandados por el comprador.

 

Con la llamada Compra Pública Precomercial una empresa se convierte en prioritaria por la innovación que le ofrece a la Administración. Según explica el director de Polibienestar, Jordi Garcés, “en torno a este nuevo enfoque, basado en obtener los mejores resultados de salud y bienestar con el mínimo coste, se ha desarrollado un proceso de compra pública a nivel europeo basado en el valor de las soluciones innovadoras y que permite la transformación de la prestación de asistencia sociosanitaria”.

 

Las organizaciones con responsabilidades en compra pública están reconsiderando sus prácticas habituales, especialmente aquellas que priman el precio sobre la calidad en la atención sociosanitaria y además tampoco comportan facilidades para la propia administración en el proceso. Por ello, asegura Garcés, “los instrumentos desarrollados por el proyecto Euriphi suponen una aproximación en torno al concepto de compra basada en valor que demandaban las organizaciones responsables tanto de la compra pública de innovación como de la compra pública precomercial en el ámbito sanitario”.

 

En el marco de este cambio de paradigma de los procesos de compra pública, señala Garcés, Polibienestar se suma a esta apuesta por la innovación sanitaria participando activamente en la primera Conferencia Europea de Compra Basada en el Valor (1EVBPC) celebrada el pasado mes de diciembre de 2019 en Bruselas.

 

Junto al director de Polibienestar, también participó en este congreso el investigador de este instituto Alejandro Gil-Salmerón, así como grandes agentes internacionales del ámbito sociosanitario como las empresas Johnson and Johnson, Boston Consulting Group y la International Foundation for Integrated Care.

 

El Instituto de Investigación de Políticas de Bienestar Social de la Universitat de València, Polibienestar, que este año celebra su décimo aniversario, lidera procesos sociotécnicos de implementación de políticas de bienestar social, participando activamente en el diseño de políticas públicas a nivel europeo.

 

Su director, el catedrático Jordi Garcés, está considerado un referente en materia de transferencia del conocimiento científico a las políticas públicas, con más de sesenta proyectos de investigación nacionales e internacionales, destacando entre sus líneas de investigación la llamada silver economy (el sector de productos y servicios para la tercera edad), así como el envejecimiento activo y saludable.





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