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17/12/2010

La aportación de las universidades al cambio de modelo productivo

Todas las universidades valencianas promueven activamente las relaciones con el entorno empresarial. Sin embargo, los rectores coinciden en que han de redoblar esfuerzos en el ámbito de la transferencia de conocimiento para así contribuir a impulsar la innovación y competitividad en nuestro entorno.



AUTOR: RUVID

“Las relaciones con la empresa se tienen que producir por necesidad, no hay otro camino. Además, la Universidad ha de ser muy consciente de que, o cumple su función social, o a lo mejor alguien nos sustituirá. De modo que debemos liderar el cambio”. Refiriéndose a la necesidad de constante adaptación de las instituciones académicas a las demandas de la sociedad, estas fueron las contundentes palabras que el rector de la UMH, Jesús Rodríguez Marín, pronunció recientemente en el marco de mesa redonda en Valencia. La Real Sociedad Económica de Amigos del País congregó a los rectores de las universidades públicas valencianas para hablar sobre el reto del cambio de modelo productivo y el papel de la Universidad en ese proceso.

 

Esteban Morcillo, rector de la Universitat de València, se refirió a varios documentos europeos en los que insisten en la importancia del conocimiento, por tanto de la formación, investigación e innovación, para lograr el cambio del modelo productivo. En este sentido, coincidieron los ponentes en que es indiscutible la implicación activa de la Universidad. En especial en nuestro país donde, recordó Juan Juliá, rector de la Universidad Politécnica de Valencia: “En el año 2000 teníamos un déficit tecnológico (la diferencia entre las exportaciones e importaciones de bienes de media y alta tecnología) de 8.000 millones de euros y una tasa de cobertura tecnológica de algo más del 50% lo que nos situaba en el ranking de los 30 primeros países en índice de competitividad. En 2008, el déficit tecnológico fue de 20.000 millones de euros y la tasa de cobertura fue tan solo de un 28% -uno de los indicadores de un país en vías de desarrollo es que dicha tasa es inferior al 25%-, y hemos caído al puesto 42 del ranking de competitividad”.

 

Para invertir esta tendencia, incidió Juliá, todos han de aportar su grano de arena: Administraciones aportando mayores fondos, las empresas incorporando mejoras tecnológicas, y las Universidades acercándose a la empresa. Una Universidad que, a su vez, está inmersa en un proceso de cambio para incorporar la transferencia de conocimiento como una dimensión transversal. “Creo que la sociedad se puede sentir satisfecha de cómo las universidades públicas hemos dado respuesta a las demandas sociales al ido asumiendo funciones nuevas como el hacer buenas publicaciones”, opinó Estaban Morcillo. “Actualmente ocupamos el noveno puesto a nivel mundial por delante de lo que nos correspondería según el PIB de España y producimos aproximadamente el 75% de toda la ciencia que se produce. La trayectoria que nos queda por recorrer es potenciar la transferencia de conocimiento e innovación y superar algunas reticencias internas”.

 

El rector de la Universidad de Alicante, Ignacio Jiménez Raneda, recordó que, aunque es cierto que hay cabida para la mejoría en cuanto a la transferencia, la mentalidad ha cambiado radicalmente en los últimos 20 años. “Todas las universidades tenemos claro que la transferencia de conocimiento hacia la sociedad y la empresa es imprescindible, se han incrementado los contratos firmados y las instituciones damos mayor importancia a la investigación aplicada. Esto significa que permitirá que en los próximos años el déficit se vaya cubriendo poco a poco”. Introducir sexenios de transferencia para estimular esta actividad entre el profesorado universitario, fue una reivindicación común.

 

Vicent Climent, máximo responsable de la Universitat Jaume I, por su parte, puso como ejemplo de buenas prácticas las fluidas relaciones entre su centro, especialmente desde el Instituto de Tecnología Cerámica (ITE), y la industria cerámica. En opinión del rector: “El sector empresarial siempre ha sido consciente de la introducción del conocimiento para mejorar el producto y ha reconocido la importancia de la Universidad en la transferencia de conocimiento y en la formación de titulados. Sin esta trayectoria de colaboración, el impacto de la crisis habría sido todavía mayor en este sector”. Sin embargo, explicó, la industria local ha alcanzado su punto de madurez y requiere un nuevo cambio tecnológico para mantener su competitividad. “La UJI puede contribuir a esa transformación a corto plazo a través de nuevos planes de marketing y creando observatorios para abrir nuevos mercados y, a medio plazo, puede contribuir con el diseño de nuevos productos”, concluyó.

 

“La universidad no ha de explicar a los empresarios el camino para conseguir el cambio de modelo productivo, sino ayudarles a ello”, aseguró Jesús Rodríguez Marín. Y el único camino, según el rector, es a través de la innovación. Entre las medidas que citó: incrementar la prospectiva tecnológica, fomentar el emprendedurismo, la creación de spin-offs y nuestra participación en ellas. Además, aseguró que, aunque las OTRI están haciendo un buen papel, deben ser más proactivas. Es decir, no limitarse a ser gestores de proyectos que proponen grupos de investigación, sino salir del centro y escuchar las iniciativas de las empresas a la vez que presentarles la oferta tecnológica de la Universidad.
 


DESTACAMOS

Entre los mecanismos que se han ido creando para favorecer la colaboración, además de las Oficinas de Transferencia de Resultados de Investigación (OTRI), figuran los parques científicos y las Fundaciones Universidad-Empresa, como es el caso del ADEIT de la Universitat de València. Las cátedras empresariales también han proliferado, así como programas específicos para el fomento del emprendedurismo como es el caso del programa IDEAS en la Universidad Politécnica de Valencia a través de la cual se han creado más de 400 empresas.

 

Otros ejemplos incluyen iniciativas como la de la Universidad de Alicante que se ha especializado en Propiedad Intelectual e industrial y asesora a empresas, los Desayunos Tecnológicos que organiza la Universidad Miguel Hernández donde grupos de investigadores exponen sus resultados a empresarios de distintos sectores, o jornadas como Enrédate de la Universitat Jaume I que reunió recientemente a empresarios y emprendedores de la provincia.
 



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