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17/12/2010

Los laboratorios universitarios como oportunidades de negocio

Confianza, creatividad, innovación y pasión fueron las palabras más repetidas durante la jornada

Momento decisivo. Punto de inflexión. Son las definiciones de la palabra griega krisis, nos recuerda el economista y escritor de obras como La buena vida Álex Rovira. Su mensaje a los empresarios durante un taller organizado recientemente por la Universidad Miguel Hernández de Elche fue que debían entender esta crisis financiera y económica como una oportunidad para transformarse y que la Universidad era la mejor aliada para ello.



AUTOR: RUVID

Cinco empresarios demostraron que era posible salir airosos de una recesión, gracias a la diversificación y a la incorporación de tecnología, ya sea a industrias tradicionales, principalmente el calzado, o con la apertura de negocios en sectores emergentes.

 

La jornada Alternativas tecnológicas a la situación actual. Oportunidades para empresas y emprendedores sirvió de escaparate para mostrar algunas de las capacidades de la Universidad y ejemplos exitosos de colaboración con el sector privado. Es el caso de un grupo de investigación que explora los beneficios de la granada y sus aplicaciones terapéuticas para Manuel Esclapez, que impulsa el Granatium Center, donde se ofrecerá “granadaterapia”. Otro ejemplo es Marcos Requena de la empresa Protective Comfort, que dirige la Cátedra de la Empresa Familiar de la UMH donde relevantes empresarios comparten sus experiencias reales con estudiantes y emprendedores.

 

Las relaciones de la UMH con la industria, sin embargo, no se limitan a la provincia de Alicante, como demostraron el catedrático Carlos Belmonte, investigador del Instituto de Neurociencias (UMH-CSIC), y Antonio V. Ferrer Montiel, subdirector del Instituto de Biología Molecular y Celular. En la actualidad, ambos trabajan con importantes farmacéuticas y multinacionales en temas como la sequedad ocular y nuevos métodos antiarrugas, respectivamente. Asimismo, el director de Investigación del Deporte, Eduardo Cervelló, presentó los planes de mejora del rendimiento que han elaborado para el tenista Juan Carlos Ferrero o el entrenador de fútbol Rafa Benítez.

 

Del laboratorio a la empresa

 

La jornada, celebrada en el Palacio de Congresos de Elche, es una de las acciones programadas por la Oficina de Transferencia de Resultados de la Investigación (OTRI) para mostrar el potencial de la Universidad, ya que el desconocimiento del trabajo que realizan los centros universitarios suele ser uno de los frenos a la cooperación Universidad-Empresa. Salvador Viniegra, vicerrector de Investigación y Desarrollo Tecnológico de la UMH lo explicó de la siguiente manera: “Recordarán otras crisis que han sucedido -y Elche las ha vivido con dureza- pero algo ha cambiado en el panorama respecto a las crisis anteriores: hoy tienen una Universidad a tiro de piedra, una institución que nace con una vocación de acercarse a la sociedad y a la empresa. Pocos de ustedes conocen que además de las tareas docentes de los profesores, también somos investigadores y transferimos ese conocimiento. Serán siempre bienvenidos y les buscaremos a los investigadores más adecuados para mejorar sus productos y procesos”.

 

Belmonte ofreció unas claves que explican el “diálogo de sordos” que muchas veces se produce en nuestro país. Se debe, según el investigador, a una combinación entre la visión “cortoplacista” de los empresarios que no se arriesgan e invierten poco en I+D, y el bajo porcentaje de científicos que realizan investigación competitiva orientada a la aplicación industrial. Otros factores que intervienen incluyen la rigidez de la estructura universitaria española, la cultura funcionarial y la falta de incentivos a la transferencia.

 

Como puntos a favor, Belmonte destacó que se han ido formando equipos multidisciplinares que resuelven problemas complejos desde diferentes perspectivas; la mayor competitividad entre científicos; y la presión social y política a alcanzar resultados aplicables. Además, según el investigador, existe mayor conciencia e interés social por la investigación por su contribución al bienestar de la sociedad, que se suma a la mayor atención que reciben los hallazgos científicos por parte de los medios de comunicación, y el acortamiento de los plazos entre el descubrimiento y la aplicación. No obstante, con estos cambios se percibe un mayor dirigismo estatal y una demanda de medios materiales más sofisticados y caros.

 

Ferrer Montiel, por su parte, se centró en explicar las dos maneras de transferir conocimiento: a través de licenciar una patente a una empresa interesada en su explotación, y el desarrollo y explotación de la tecnología desarrollada a través de la creación de una empresa spin-off, es decir, el investigador se convierte en empresario. El subdirector del Instituto de Biología Molecular y Celular goza de una amplia experiencia en ambos terrenos ya que, además de patentar sus descubrimientos, y participó en la creación de la empresa DiverDrugs. Entre sus últimos logros, ha impulsado la formación de la primera Plataforma de Investigación en la Piel y Anexos, una iniciativa público-privada donde colaboran científicos de la UMH y el Centro Dermatológico de Alicante, el grupo Lipotec, y los Institutos Tecnológicos INESCOP, AITEX y AIJU, entre otros. En vez de mostrar los proyectos ya realizados por la Universidad, Ferrer Montiel planteó otra estrategia: preguntar al empresario sus necesidades y hacer propuestas para valorizar su producto.
 


DESTACAMOS

Caso práctico de colaboración Universidad-Empresa

Uno de los ejemplos que presentó el profesor Antonio Ferrer Montiel procede de la dermocosmética. En el Instituto habían logrado unos resultados muy prometedores en el campo de la cosmética molecular, en concreto, una tecnología que combatía las arrugas de expresión.

 

El tratamiento más extendido contra las arrugas de expresión empleaba la toxina botulínica, comúnmente llamado tratamiento Botox, que resulta muy eficaz pero ha de ser aplicado por personal especializado y es extremadamente tóxico. Además, explica el profesor, produce el fenómeno de la resistencia en muchos pacientes, hay una limitación en las dosis así como una variabilidad tremenda, y su coste es elevado. Por tanto, existía la necesidad de desarrollar una alternativa más segura y de bajo coste.

 

“En el IBMC desarrollamos en 1998 un botulinomimético basado en el compuesto Argireline®. Es un compuesto natural, se realiza con síntesis química, es de bajo coste, no es tóxico, no produce resistencia, y es un activo antiarrugas”, explicó. Según las pruebas realizadas, a los 30 días de usar la crema, el usuario experimentaba una disminución de un 30% en la profundidad de sus arrugas.

 

En 1999 los investigadores junto con socios privados crearon una spin-off llamada Diverdrugs para impulsar en parte este proyecto. Actualmente el compuesto está en el mercado, incorporado a la línea de productos Singuladerm desarrollados por el Skin Research Center (SRC), una plataforma de investigación formada por expertos en química y biología molecular, y situada en el Parque Científico y Empresarial de la Universidad Miguel Hernández de Elche. Asimismo, está siendo incorporado como principio activo a productos de grandes multinacionales del sector de la dermocosmética.
 



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