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25/03/2011

Relacionan el índice de masa corporal y la aparición del glaucoma

El Centro de Investigación Biomédica en Red-Fisiopatología de la Obesidad y la Nutrición (CIBERobn), adscrito a la Facultad de Medicina de la Universitat de València, sienta las bases del estudio sobre NUTRIGENÓMICA en GLAUCOMA para averiguar la asociación entre esta patología visual y cambios puntuales en genes de determinados factores nutricionales.



AUTOR: CIBERobn

El objetivo pasa por abrir nuevos canales preventivos de la segunda causa de ceguera irreversible en España y primera mundial –el glaucoma- a través del diseño de dietas personalizadas. Una dieta a base de alimentos ricos en vitaminas A, B, C y E, minerales como el zinc o ácidos grasos esenciales, es la receta ideal para velar por la salud de los ojos desde el plato.

 

Recientes estudios han demostrado la importancia de una alimentación equilibrada para preservar la salud visual. En esta línea, el equipo del Centro de Investigación Biomédica en Red Fisiopatología de la Obesidad y la Nutrición (CIBERobn), adscrito a la Facultad de Medicina de la Universitat de València, ha abierto una nueva vía de estudio para probar la relación que existe entre el glaucoma, patología caracterizada por una presión intraocular elevada, atrofia del nervio óptico y pérdida del campo visual, (que supone la segunda causa de ceguera en España), y la alimentación. Lo hace a través de la ciencia conocida como nutrigenómica, que indaga en el efecto de la nutrición a nivel molecular y genético, por el que podrían tratarse las enfermedades relacionada con el metabolismo gracias al diseño de dietas personalizadas.

 

Un área de la biomedicina en curso que se está desarrollando en colaboración con la Universidad de Harvard a través del miembro de la red consorciada, el doctor Vicente Zanón Moreno (en la imagen), para ampliar el campo de estudio sobre esta patología. “Una enfermedad multifactorial en la que entran en juego tanto condicionantes genéticos como ambientales que deben conectarse en todo momento apunta el investigador”.

 

Uno de los focos que ha centrado el estudio es el Índice de Masa Corporal (IMC), el medidor más común en la práctica clínica diaria para diagnosticar la obesidad u otras derivadas del síndrome metabólico La investigación del CIBERobn se asienta sobre las conclusiones de otras recientes que han constatado que el IMC podría estar relacionado con la aparición del glaucoma. Un ejemplo de ello es el Beaver Dam Eye Study, un análisis de base poblacional en el que se analizaron las enfermedades oculares en personas de entre 43 y 86 años de edad, y se asoció el aumento de la presión intraocular, que registra una gran cantidad de pacientes con glaucoma, con un mayo índice de IMC.

 

“La obesidad puede producir un aumento de la viscosidad de la sangre alterando el flujo normal del humor acuoso, y los factores nutricionales podrían relacionarse con modificaciones de la malla trabecular del ojo, que es la estructura angular a través de la cual se drena este fluido redundando en la disminución de la salud visual”, apunta el doctor Zanón.

 

El glaucoma es una enfermedad ocular que “roba” la visión de manera gradual. Por lo general, no presenta síntomas y provoca la pérdida de visión lentamente. Sin el tratamiento apropiado, puede conducir a la ceguera irreversible. De hecho, en la actualidad es la primera causa mundial de este mal sin vuelta atrás y segunda en España. Además se estima que este año habrá unos 60 millones de personas afectadas en todo el mundo.

 

La nutrigenómica abre un nuevo camino en el tratamiento de muchas enfermedades evitando la cirugía y los efectos secundarios de los medicamentos. Esta nueva ciencia estudia cómo afecta cada nutriente a un determinado individuo en función de su genética, lo que permitirá diseñar la “tarjeta genómica” personal e intrasferible, de cada individuo, ayudando a prevenir las afecciones.Un traje a medida de cada paciente que permitirá combatir la obesidad, las patologías cardiovasculares y la diabetes tipo II, así como dar respuestas a otras enfermedades de la vista, como el glaucoma estableciendo la dieta más adecuada en cada caso.

 

Es por ello que la línea de investigación, activada por el CIBERobn, sobre nutrigenómica en glaucoma busca averiguar si existe alguna asociación entre esta patología y algunos cambios puntuales (polimorfismos) en genes de determinados factores nutricionales que contribuyan a combatir esta enfermedad. Teniendo en cuenta que cerca del 70% de las patologías oculares se relacionan con problemas de malnutrición, tanto por un defecto como por un exceso de nutrientes, es necesario llevar una alimentación sana y equilibrada para mejorar la salud visual.

 

Los alimentos más recomendables serían aquellos ricos en vitaminas del grupo B (presentes en los cereales, los frutos secos y las verduras), A (necesarias para la visión nocturna, que se encuentran en las zanahorias, las espinacas, los tomates o los melocotones), C (presentes en los cítricos, melocotones y los pimientos), E (que se pueden encontrar en verduras y hortalizas (como los espárragos, la lechuga o los guisantes) y de alimentos ricos en antocianidinas (como las cerezas, frambuesas, manzanas o ciruelas que contribuyen a reparar las células nerviosas de la retina aportando mayores nutrientes al ojo).

 

Además de la ingesta de minerales, presentes en alimentos ricos en zinc, como el apio, los espárragos, los hígados o las patatas, y los aceites grasos esenciales como los ácidos linoleico Omega 6 y Omega 3, que se pueden obtener de los aceites de soja, girasol, maíz y germen de trigo, así como del aceite de lino, colza y soja respectivamente.
 


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