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La Universidad de Alicante considera primordial promover en los estudiantes de enfermería su crecimiento emocional y ayudarles a afrontar el impacto en su sensibilidad de las situaciones que viven durante sus prácticas clínicas. Este ha sido el objetivo de una investigación realizada en el Departamento de Enfermería de la UA.

AUTOR: UA

Para ello, ha analizado sus sentimientos ante las experiencias vividas por los alumnos durante su aprendizaje en los centros sanitarios de la provincia de Alicante. Este proyecto parte de la consideración de que los docentes deben no sólo potenciar la inteligencia académica en sus estudiantes, sino también la emocional, desarrollando su habilidad para percibir, asimilar, comprender y regular las propias emociones y las de los demás.

 

La investigación ha incluido los objetivos de conocer el perfil emocional de los alumnos de enfermería, sus necesidades de formación y apoyo y facilitar el proceso de comunicación entre ellos, los docentes y los profesionales. Ha sido llevado a cabo por un equipo de profesores encabezado por Luis Cibanal. "Durante sus prácticas los alumnos han de enfrentarse a situaciones verdaderamente dramáticas. A veces dicen que tiempo después no las han podido superar e incluso se dan casos en que dejan la carrera", indica.

 

La investigación se ha llevado a cabo a partir de narraciones por escrito efectuadas por los propios estudiantes. Se han analizado en ellas tanto los sentimientos expresados como la forma en que han desarrollado su papel de alumnos, la comunicación con pacientes y sus familiares, su relación con los equipos de profesionales del centro y sus reflexiones sobre las situaciones de sufrimiento que han vivido. También se ha estudiado, entre otras cosas, cómo reaccionan a la muerte de los pacientes, su ansiedad al constatar que no poseen las habilidades necesarias para afrontar situaciones complejas o de gran implicación emotiva y su capacidad de comprensión y empatía. Otros aspectos analizados han sido sus reflexiones sobre el mundo laboral y profesional, y sus recomendaciones respecto a la formación que reciben y la organización de las prácticas.

 

Señala el proyecto en sus conclusiones que el profesional de enfermería tiene que poseer una serenidad de espíritu y una sólida madurez a fin de poder afrontar las múltiples situaciones que se le presentan sin que sean dañosas para él o para el paciente. También recoge la observación de que la práctica clínica les aporta a los alumnos una forma distinta de ver la vida y a sí mismos como personas.

 

Entre sus propuestas el equipo de investigadores incluye que la reforma educativa "debe ir mucho más lejos que la reforma de los planes de estudios de cualquier carrera, entre ellas la nuestra" y que "debemos plantearnos desde la institución universitaria, cuál es la situación del ámbito donde nuestros alumnos realizan las prácticas profesionales y si éste es acorde con la formación que queremos ofrecerles".