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09/04/2015

Antonio Pich Zardoya, catedrático de Física Teórica de la Universitat de València

«Muchas empresas se están beneficiando de los avances tecnológicos conseguidos en Ginebra»

El Gran Colisionador de Hadrones (en inglés Large Hadron Collider, LHC) en Ginebra vuelve a operar tras dos años de ajustes. El mayor logro del primer ciclo de funcionamiento del LHC fue el descubrimiento de una nueva fuerza en el universo: el campo de Higgs. Es imposible vislumbrar lo siguiente que encontrarán los científicos participantes en la iniciativa, entre los cuales se encuentra el catedrático Antonio Pich. Se trata del momento más emocionante de su carrera científica y, sin embargo, también el más triste porque coincide con el fin del proyecto Consolider CPAN que coordina desde hace 7 años. Como resultado, muchos jóvenes investigadores e ingenieros que han formado al más alto nivel se ven obligados a emigrar y la ciencia española pierde un instrumento vital en la Organización Europea para la Investigación Nuclear (en francés Conseil Européen pour la Recherche Nucléaire, CERN).


Antonio Pich es doctor en Ciencias Físicas por la Universitat de València. Ha trabajado como investigador en el Max Planck-Institut für Physik de Munich y en el CERN (Ginebra). En 1994 se incorporó al Instituto de Física Corpuscular (IFIC), primero como investigador del CSIC y después como catedrático de Física Teórica de la Universitat de València. Entre otros cargos, ha sido director del IFIC, coordinador del CSIC en la Comunitat Valenciana y coordinador de la red europea FLAVIAnet sobre física de quarks.



AUTOR: RUVID

¿Cuál ha sido el papel del Centro Nacional de Física de Partículas, Astropartículas y Nuclear (CPAN) que coordina?
En este campo siempre trabajamos en grandes colaboraciones internacionales –como en el LHC donde trabajan 3000 personas en un mismo experimento– lo cual exige una gran coordinación a nivel internacional pero también a nivel estatal. Hace años diagnosticamos que, al contrario de lo que sucedía en los países más avanzados, en el caso español cada grupo de investigación tomaba sus decisiones y así era difícil competir. El CPAN nació precisamente para definir estrategias conjuntas y sacar el máximo provecho de la inversión que realiza nuestro país en grandes experimentos. Además, hasta entonces nuestra interlocución oficial con grandes organismos internacionales había sido siempre política. El CPAN también trataba de establecer una interlocución científica directa con el CERN, centralizar la voz de la ciencia española.


En 2007 recibimos financiación del entonces Ministerio de Ciencia e Innovación en el marco del programa CONSOLIDER - Ingenio 2010, y la coordinación de los 26 nodos ha funcionado de forma excelente. Fuimos capaces de plantear grandes proyectos y de formar a mucha gente joven, incluidos ingenieros de alto nivel, y mandarlos a trabajar al CERN al pie del cañón. En este sentido, logramos generar 150 contratos cofinanciados para jóvenes. Además, el tener una financiación previa aprobada de la que podíamos disponer con una cierta flexibilidad, nos ha permitido reaccionar rápidamente cuando ha surgido algún problema con la tecnología desarrollada enviando expertos a Ginebra para resolverlo con agilidad. Cuando el LHC se puso en funcionamiento todos los aparatos bajo responsabilidad española funcionaron al 100%.


¿Cómo de relevante ha sido la participación española en el LHC hasta la fecha?
Tanto en la construcción de los detectores (alta tecnología) como en la toma de datos y análisis físico, España ha jugado un papel muy importante. Tan importante que, por ejemplo, los consejos de colaboración de los dos detectores que descubrieron el bosón de Higgs estaban presididos en ese momento por dos científicas del CPAN. Por ese lado estamos muy satisfechos pero por otro, la realidad española actual desgraciadamente no es la de hace siete años y nos hemos visto obligados a despedir a buena parte de los ingenieros que hemos formado y que contribuyeron al descubrimiento. En la actualidad están trabajando con grupos competidores en Alemania, Francia, Estados Unidos o Reino Unido.


Hasta ahora el Gran Colisionador ha estado en periodo de pruebas y, funcionando a la mitad de intensidad y de energía, se ha hecho el descubrimiento del bosón de Higgs. Ahora empieza el juego de verdad y España vuelve a estar en una posición de inferioridad. Hemos demostrado que la ciencia española puede estar a la altura de las grandes potencias pero presenciamos una diáspora de expertos que emigran al ser esta su única salida.


¿Cómo afectará esto al futuro de la ciencia española?
Se produce una situación paradójica. La ciencia española está siendo recortada de forma brutal pero respetando los acuerdos internacionales. Es decir, España seguirá pagando las cuotas de instituciones como el CERN por razones políticas pero como cortamos la financiación dentro del país no rentabilizamos la inversión. Hemos salido en los periódicos, todo el mundo reconoce que la colaboración en el CPAN ha funcionado muy bien y los políticos hablan sobre la necesidad de invertir en la sociedad del conocimiento pero esto no se plasma en realidades. Estoy seguro de que la situación cambiará porque no podemos seguir así. Mi gran problema es que nadie parece darse cuenta de que hay cosas que no se pueden enchufar y desenchufar como la luz.


¿Qué pasará a partir de junio cuando finalice el presupuesto del Consolider?
Yo seguiré trabajando con mi grupo en la física del Higgs y los proyectos en los que participa el IFIC continuarán y mantendremos el CPAN aunque sea como asociación privada. Tenemos una comunidad científica establecida en España y haremos un trabajo digno en la nueva ronda de experimentos en el Gran Colisionador. Pero ¿tenemos el mismo nivel de preparación de hace 3 años? La respuesta es no porque no contamos con el apoyo y la seguridad del Consolider que nos permitía comprometernos.


La cuestión es que los países europeos están discutiendo sobre las mejoras a implementar en la siguiente etapa del LHC para poder dar otro salto cualitativo en 2020. Se están tomando ahora decisiones sobre las tecnologías a desarrollar y quién se responsabiliza de hacerlo. Todos los países compiten por quedarse con los proyectos más interesantes desde el punto de vista tecnológico. Sin duda dentro de 5 años España participará en el nuevo proyecto porque poseemos personal muy preparado pero jugaremos un papel inferior al que aspirábamos porque nos tocará trabajar en tecnologías menos interesantes. Desgraciadamente no podemos hacer otra cosa porque tenemos las manos atadas.


¿Cómo repercute esta realidad en las vocaciones científicas?
Me angustia la visión de futuro de los jóvenes. Con el descubrimiento del Higgs ha aumentado el número de estudiantes cursando el Grado de Física. No obstante, a la vez se ha disparado el número de alumnos con currículos excelentes que decide continuar sus estudios en el extranjero sabiendo que la universidad de destino no es mejor que Valencia. Hasta ahora cierta movilidad era normal y la hemos apoyado. Lo preocupante es que los jóvenes quieran irse porque están convencidos de que no hay futuro en España. Eso significa una descapitalización de recursos humanos que no se soluciona mediante una gran inversión repentina. Recuperar el capital humano cuesta 10 años porque se ha de formar. De modo que, no solo perdemos capital humano, sino que estamos regalando a los países avanzados un personal formado de primer nivel.


¿Le sorprendió la extensiva cobertura de los medios de comunicación del descubrimiento del bosón de Higgs?
Ni los propios físicos éramos conscientes de la transcendencia mediática que iba a tener. Yo me di cuenta el día antes del anuncio oficial cuando vi la noticia filtrada por el diario americano The Wall Street Journal. Para entender el interés, es el equivalente al descubrimiento de la estructura atómica en Química y del ADN en Biología. En este caso, hemos descubierto una interacción nueva de la cual no había constancia experimental, simplemente fue una hipótesis teórica expuesta por el físico Peter Higgs hace 40 años para resolver el problema de la masa de las partículas desde el punto de vista matemático. Hasta ahora conocíamos 4 interacciones: la ley de la gravedad descubierta por Newton en el S.XVII; el electromagnetismo de Faraday y Maxwell en el S.XIX; y dos descubiertas en el S.XX que actúan a nivel nuclear: las fuerzas fuertes y débiles nucleares, una hace posible la constitución del núcleo (en la que se basan las centrales nucleares, por ejemplo), la otra está detrás de los fenómenos radioactivos y la medicina nuclear.


¿Cuáles son las implicaciones futuras del quinto campo de fuerzas descubierto?
El estudio de sus propiedades no ha hecho más que empezar; estamos al nivel de cuando Faraday jugaba con bobinas y pilas electrolíticas. Dicho esto, sabemos que el campo descubierto tiene las propiedades que se habían predicho en el Modelo Estándar de Física de Partículas. Se le empieza a llamar el portal al mundo oscuro, porque es un campo de fuerzas tan tenue que no lo habíamos detectado antes pero parece tener las propiedades necesarias para explicar cuestiones relacionadas con el universo que no entendemos. Es el caso de la materia oscura: una materia que no vemos porque no emite luz pero como tiene masa ha de interaccionar con el campo de Higgs. Por lo tanto, estudiando el bosón de Higgs es posible que encontremos respuestas sobre la materia oscura. Desde el punto de vista científico, diría que estamos en el mejor momento en mi campo del que yo tenga recuerdo. Es una lástima que ese mejor momento se corresponda con una situación económica y política tan extraña.


Construir el LHC ha sido en sí mismo un gran logro tecnológico fruto de la cooperación internacional. ¿Cómo se transfieren estos avances tecnológicos a la sociedad?
Independientemente de la ciencia, el LHC es una maravilla tecnológica. La máquina es un anillo de 27 km de circunferencia que se mantiene a una temperatura constante próxima al cero absoluto, es decir, más baja que la del espacio estelar extragaláctico. Podríamos decir que es el mayor frigorífico del universo. Toda una serie de industrias del frío están ahora explotando esta tecnología para multitud de aplicaciones. Del mismo modo, el conocimiento desarrollado para conseguir un vacío prácticamente absoluto en todo el recorrido es aprovechado por las industrias de vacío y cualquier rama de ingeniería se puede beneficiar de la precisión lograda para los haces de protones. Otro ejemplo lo encontramos en los hospitales que están llenos de pequeños aceleradores utilizados en variedad de tratamientos. Otro caso cercano es el de una pyme de Valencia que fabrica paneles solares con tecnología de vacío que aprendió en el CERN. Es una de las empresas españolas que se ha beneficiado de los avances conseguidos en Ginebra. Uno de los objetivos del CPAN es precisamente impulsar la transferencia tecnológica al tejido empresarial. Hay un gran potencial que es preciso desarrollar y el CPAN es un instrumento necesario para conseguirlo.


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