La Cátedra de Responsabilidad Social de la Generalitat Valenciana en la Universidad de Alicante ha presentado los resultados de su investigación Buenas prácticas de empresas alicantinas ante el COVID-19, desarrollada con la colaboración de Cruz Roja y la CEV..
La directora de la Cátedra, Irene Bajo, ha detallado en su intervención que la investigación presenta un análisis riguroso de las iniciativas adoptadas por las empresas como respuesta a la emergencia sanitaria originada por el coronavirus, para gestionar su propio negocio y contribuir de forma positiva a ser parte de la solución.
Para ello se han analizado más de 150 noticias de medios de comunicación locales y nacionales, en el periodo comprendido entre el 9 de marzo, día en el que se comienzan a tomar medidas oficiales para contener la crisis tras el anuncio del estado de alarma por parte del Gobierno de España, y el 15 de mayo, fecha de inicio de la desescalada.
Este periodo abarca el inicio de la crisis y la gestión durante su duración de los impactos sanitarios, sociales y económicos. Se integran en el análisis todas las prácticas identificadas de empresas con operación o sede en la provincia de Alicante.
Adicionalmente, se ha contado con la información recopilada por Cruz Roja Alicante y por la Confederación Empresarial de la Comunidad Valenciana (CEV), lo que ha permitido recopilar más de 400 iniciativas empresariales, de más de 200 empresas.
Las conclusiones de la investigación destacan la relevancia del rol de la empresa como actor social que provee al sistema sanitario y colectivos desfavorecidos de recursos necesarios para la gestión de la crisis. Los investigadores han encontrado múltiples ejemplos de modificaciones en su proceso productivo para poder fabricar material de higiene o sanitario, así como buenas prácticas relacionadas con la gestión de los trabajadores y proveedores.
La investigación también destaca el rol de las organizaciones del tercer sector, como puente entre las empresas y los colectivos necesitados, el de las organizaciones y asociaciones empresariales como interlocutores entre las empresas y el gobierno, y el poder de las alianzas.
Irene Bajo, ha asegurado que “este análisis nos invita a reflexionar de nuevo a cerca del rol del sector privado en nuestra sociedad, como motor fundamental para el desarrollo sostenible, por su capacidad de adaptación, reacción e innovación, y por el impacto positivo que se genera, cuando se crean sinergias entre la empresa, el tercer sector y la administración pública”.
Los resultados de la investigación también han puesto de manifiesto que la mayoría de las acciones desarrolladas para contribuir a la gestión sanitaria (91% del total) han sido donaciones, por lo que cobra relevancia la necesidad de tener una política y una estrategia de donaciones definida.
Por otro lado, muchos procesos que ya estaban en marcha se han acelerado, tales como la digitalización y el teletrabajo y otros temas, como la salud, se han consolidado como prioritarios. Antes de la crisis, la salud era un tema emergente que cobraba cada vez más relevancia en las estrategias de Responsabilidad Social. Tras la pandemia, se ha posicionado como uno de los principales temas en el que las empresas tendrán que trabajar de forma integral, poniendo especial atención a la salud mental y la salud no solo del individuo sino también de su grupo familiar y comunidad.
Otro de los datos relevantes de la investigación es que el impacto de la gran empresa ha sido igual de notorio que la suma de acciones del pequeño comercio y las pymes; y que la gestión de riesgos futuros se convierte en un tema central de la gobernanza de la empresa.
Características de las empresas recogidas en la investigación
El estudio recoge las prácticas realizadas por 219 empresas, un tercio de ellas Gran empresa y dos tercios PYMES. El 11% son organizaciones que pertenecen a otras categorías del sector privado tales como agrupaciones empresariales o cooperativas. Predominan las empresas del sector servicios (54%), con poca diferencia sobre el sector industrial, y a más distancia, las empresas del primer sector (4%), identificadas en un 50% de pesca y 50% agrícolas.
Dentro del sector industrial hay un gran protagonismo de la Industria vinculada al textil y al calzado. Respecto a las empresas vinculadas a la actividad comercial se encuentran desde pequeñas tiendas de barrios, hasta farmacias, supermercados y tiendas de moda.
El mayor número de acciones se concentran en las comarcas de L’Alacantí y L’Alcoià. La mayor parte de las acciones analizadas para L’Alacantí provienen del sector comercio y en el caso de la L’Alcoià, destaca el aporte del sector industrial, sobre todo el del juguete y la industria textil y del calzado. La Comarca del Medio Vinalopó también destaca con el aporte de su industria química y del sector de banca y seguros.
Las acciones realizadas por las empresas para amortiguar los efectos del COVID 19 se pueden agrupar en 3 macrotendencias: Donaciones, Adaptación de las líneas de producción (para la producción de material sanitario, de prevención y de higiene) y Apoyo a empleados y proveedores.
Resumen de reflexiones finales de la Investigación
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