SOCIALES Y JURÍDICAS

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09/09/2021

Egoísmo y generosidad económica son compatibles si los afectados son un grupo numeroso o un individuo

Las últimas décadas han sido testigos de una grave pérdida de confianza del público en general en las instituciones financieras, las grandes empresas y los responsables de la toma de decisiones económicas debido a los frecuentes escándalos corporativos y de corrupción. 



AUTOR: UJI

RUVID UJI Foto Jaume Garcia-SegarraUn estudio de laboratorio realizado por los investigadores Jaume García-Segarra (Universitat Jaume I de Castelló), Carlos Alós Ferrer y Alexander Ritschel (ambos de la Universidad de Zúrich), publicado en la prestigiosa revista Nature Human Behaviour, revela que el egoísmo económico en las decisiones que afectan a grandes grupos es compatible con un comportamiento generoso cuando se trata de interacciones bilaterales, es decir, que ambos tipos de comportamiento coexisten en los mismos individuos.

 

Las últimas décadas han sido testigos de una grave pérdida de confianza del público en general en las instituciones financieras, las grandes empresas y los responsables de la toma de decisiones económicas debido a los frecuentes escándalos corporativos y de corrupción. Este egoísmo económico no concuerda con los resultados empíricos de la economía del comportamiento, que demuestran altos niveles de comportamiento prosocial en las interacciones bilaterales y bajos niveles de comportamiento deshonesto.

 

Con el fin de esclarecer esta aparente contradicción, los investigadores diseñaron un nuevo paradigma experimental, el juego de «El gran ladrón», en el que participaron 640 estudiantes universitarios y en el que un individuo podía llevarse impunemente hasta la mitad de las ganancias de un gran grupo de participantes.

 

«Las decisiones en este juego suponen la apropiación de una fracción de las ganancias de otros, lo que capta un aspecto fundamental de los escándalos empresariales, ya que perjudica activamente a un grupo grande. En cambio, esos mismos sujetos muestran un comportamiento prosocial en los juegos bilaterales estándar que afectan al reparto de una dotación entre dos individuos», explican los investigadores.

 

En el experimento, se le asignó a la mitad de los participantes el rol de ladrón y a la otra mitad el de víctima. Los ladrones tomaban la decisión sobre qué fracción de las ganancias de las víctimas deseaban llevarse, 0%, 10%, 33% o 50%. De los 320 «ladrones», más de la mitad decidieron robar el máximo, es decir, la mitad de las ganancias de las víctimas, mientras que un 26,8% decidieron llevarse el 33%. Por lo tanto, el 83,12% de los ladrones tomaron una de las dos opciones que más perjudican a las víctimas.

 

Por otra parte, para permitir la comparación con las medidas estándar de prosocialidad, los jugadores de ambos roles también tomaron previamente decisiones en una serie de juegos bilaterales, en los que la mayoría de los ladrones declinaron tomar la opción que más perjudicaba al receptor, mostrando por tanto un comportamiento predominantemente prosocial.

 

Los resultados obtenidos ponen de manifiesto que los mismos individuos pueden comportarse de forma egoísta cuando interactúan con un gran grupo de personas y, al mismo tiempo, mostrar niveles estándar de comportamiento prosocial cuando solo implica a otro individuo.

 

Esta conclusión sugiere que dañar a muchos individuos podría ser más fácil que dañar a uno solo. En este sentido, los autores del estudio señalan que «cuando nos enfrentamos a un único adversario en un juego bilateral, apropiarse de una cantidad monetaria determinada puede suponer una gran diferencia entre las dos personas. Sin embargo, al apropiarse de los ingresos de un grupo grande, la misma ganancia personal implica una diferencia porcentual menor, es decir, es más probable que se compense la aversión a la desigualdad».

 

Por último, este experimento ha permitido mostrar que no hay que recurrir a explicaciones de autoselección de un tipo específico de personas para ocupar posiciones de alta responsabilidad a la hora de explicar esos comportamientos egoístas y antisociales, sino que cualquier sujeto puede sucumbir a una tentación económica si esta última es de suficiente magnitud.


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Artículo completo.

 

Referencia bibliográfica

 

Alós-Ferrer, C., García-Segarra, J. & Ritschel, A. Generous with individuals and selfish to the masses. Nat Hum Behav (2021). DOI



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