Lugar de destino: Instituto de Ciencia Molecular Universitat de València.

Lugar de destino, programa al que se ha acogido, duración de la beca y campo de investigación:

Estudié química en la Universidad de Padua, en Italia. Al acabar la carrera me puse en contacto con el Dr Henk Bolink del Instituto de Ciencia Molecular de la UVEG y empecé mi tesis doctoral en el marco de un proyecto Europeo FP7. El campo de investigación de la tesis fue el desarrollo de dispositivos emisores de luz basados en compuestos orgánicos (OLEDs), más baratos y posiblemente más eficientes de los diodos actualmente disponibles en el mercado.

 

Después del doctorado obtuve una beca postdoctoral Marie Curie IEF (Inter-European Fellowship), con la cual me trasladé al Departamento de Bioelectrónica de la École nationale supérieure des mines de Saint-Étienne, en Provenza, Francia. Allí trabajé en el desarrollo de una nueva generación de electrodos y sensores electroquímicos para implantes neurales, dispositivos biomédicos capaces de registrar y estimular la actividad cerebral. Durante el postdoc estuve de estancia en la Universidad de Wollongong (Australia), en el marco de otro proyecto de movilidad europeo FP7, el “International Research Staff Exchange Scheme”.

 

Este año decidí volver al Instituto de Ciencia Molecular donde, con el Dr Henk Bolink, trabajo en un proyecto europeo dedicado al desarrollo de OLEDs y células solares a larga escala y de bajo coste. Al mismo tiempo, estamos lanzando una nueva línea de investigación sobre transistores electroquímicos orgánicos (OECTs), que tienen un enorme potencial en futuros sensores biológicos y ambientales.

¿Qué motivos le impulsaron a venir a la Comunitat Valenciana a desarrollar su trabajo?

Los motivos que me impulsaron a volver a la Comunitat Valenciana son más bien personales, pero me han dado la posibilidad de poder seguir trabajando en investigación de alto nivel como la que se desarrolla en el Instituto de Ciencia Molecular.

 

¿De quién recibió ayuda para planificar su desplazamiento y realizar todos los trámites necesarios? ¿Se ha encontrado con algún obstáculo?
Gracias a la ayuda del personal del instituto, tanto investigador como administrativo, no he encontrado obstáculos relevantes a la hora de trasladarme a Valencia. Además el idioma, la cultura y el estilo de vida aquí tienen mucho en común con Italia, lo cual facilita notablemente las cosas a la hora de relacionarse en un contexto profesional o en la vida de todo los días.

 

Existen sombras, como en cualquier situación. Un problema muy común entre los que deciden realizar estancias o mudarse al extranjero es la convalidación de los títulos. No existe todavía un título académico que sea reconocido a nivel europeo, y esto implica que los que tienen un título de una universidad extranjera tengan que gastar tiempo y dinero en traducir y convalidar sus propios certificados.

 

Un obstáculo tan importante como actual es la discontinuidad de contratos y becas que se reflejan en una falta de estabilidad laboral. En la Comunitat Valenciana, como en el resto de España (con la excepción de Cataluña y País Vasco) la inversión en I+D+i se ha desplomado en los últimos 3 años, con lo cual los investigadores se ven obligado a invertir una parte considerable de su tiempo en buscar financiación no solo para su investigación (lo cual es bastante normal), sino también para su propio sueldo. Y habiendo en cada convocatoria menos plazas y más participantes, el éxito nunca está asegurado.

 

Grado de satisfacción de la experiencia y los principales beneficios que ha obtenido:

En mi caso la experiencia ha sido muy positiva. Poder trabajar en estructuras diferentes, aprender nuevos métodos de trabajo, vivir en un país extranjero con su idioma y su cultura, son experiencias que me han aportado muchísimo tanto a nivel profesional como personal.

¿Qué consejos le daría a un investigador que estuviera considerando realizar una estancia en el extranjero?

Le aconsejaría hacerlo porque creo que la movilidad en la investigación es fundamental. La Unión Europea y muchos de los países miembros tienen varios programas que fomentan la movilidad en el marco de la investigación, por eso pienso que no se debe perder la oportunidad de viajar y trabajar en el extranjero. Además, hoy en día es absolutamente necesario trabajar en entornos diferentes para poder tener una visión amplia de cómo funciona la comunidad científica.