27/05/2022

Más de diez manifestaciones artísticas entre 1338 y 1538 gestaron el mito de Jaime I como rey fundador

Francisco Granell Sales, investigador de la Universitat de València (UV), ha analizado la representación del rey Jaime I en la cultura visual durante el período 1338-1538. A partir de manuscritos, pinturas o actas y ceremonias, el estudio muestra cómo el monarca fue percibido como fundador, guerrero y legislador con un aura particular, propia de los santos, según los intereses de los poderes religioso y civil.



AUTOR: UV

ruvid uv jaime iEste estudio es clave para entender la creación y evolución del mito de Jaime I.

 

La “cultura visual” es el conjunto de manifestaciones artísticas figurativas y arquitectónicas, así como de actos performativos y objetos comunes que no se adaptan a la idea tradicional del arte.

 

El estudio analiza el uso pragmático de la memoria de Jaime I, en un contexto de coexistencia entre cristianos y musulmanes con episodios de violencia y discriminación.

 

Entre la docena de representaciones que cita el experto, destaca la tabla de la Batalla del Puig del Retablo de San Jorge del Centenar de la Pluma, conservada en el Victoria and Albert Museum de Londres y fechada hacia el año 1400. Esta tabla se encontraba en la iglesia de Sant Jordi de València que se ubicaba en la actual Plaza Rodrigo Botet. El análisis de esta tabla en relación a la fiesta del 9 de Octubre es una de las contribuciones más relevantes de la tesis porque el autor demuestra que la obra formaba parte del ceremonial de la conmemoración de la conquista.

 

Además, el 9 de Octubre en Valencia rememoraba a Jaume I a través del estandarte, que en la Edad Media evocaba la presencia del propio Rey. Un ejemplo de estandarte cuatribarrado que se exhibía en la fiesta del 9 de Octubre se encuentra en el Museo Histórico Municipal de la Ciudad (en el actual Ayuntamiento).

 

Al mismo tiempo, también el Cabildo de Valencia, a petición de Pedro el Ceremonioso, instauró el aniversario por la muerte de Jaime I por medio de una procesión cívica en 1372, pero el acto no se ha encontrado documentado posteriormente. Esta conmemoración la siguió llevando a cabo la Catedral de Valencia, que estableció su celebración perpetuamente dentro del templo a partir del año 1416.

 

Entre los documentos que recordaban al monarca, también se pueden citar dos manuscritos de los Fueros de Valencia que representan a Jaume I; uno conservado en el Archivo Municipal de Valencia y el otro, en el Archivo de la Catedral, y los dos fechados en el siglo XIV; o un libro de privilegios del Archivo Municipal de Alzira, fechado hacia 1380 y que muestra Jaume I en el folio 1.º, como David músico tocando el arpa.

 

La tesis doctoral de Francesc Granell, L’aura de la memòria. La imatge de Jaume I en la València baixmedieval (ca. 1338 – ca. 1538), dirigida por el catedrático de Historia del Arte de la Universitat de València, Amadeo Serra Desfilis, también cita entre los objetos de la cultura visual que recordaban al conquistador, las que pudieran ser sus armas, incorporadas a la Catedral de València en 1416, es decir, casi un siglo y medio después de su muerte y que hoy se conservan en el Museo Histórico de València.

 

El Liber instrumentorum es un manuscrito iluminado que incorpora documentos sobre donaciones o rentas a la Catedral de València por parte de Jaime I y otros reyes de la Corona. La miniatura del folio 6.º muestra a Jaume I con Hugo de Llupià, el obispo de Valencia, los dos arrodillados orando ante la Virgen. Además, cabe mencionar el Aureum Opus de Lluís Alanyà, un códice impreso en 1515 de carácter enciclopédico y lujoso, que recogía los privilegios otorgados por Jaume I, así como la historia de la conquista de Valencia extraída del Llibre dels Fets.

 

Cultura visual desaparecida

 

Como imagen desaparecida, había una del rey dibujada y pintada en la entrada de la cofradía de Santiago y documentada en 1470. Este edificio estaba donde actualmente se encuentra el convento de la Puridad y de Santiago. En la iglesia de la casa confraternal había un fresco, encargado en 1507 al pintor Antoni Cabanes, que mostraba a Jaume I fundando la cofradía. Entre las pinturas desaparecidas, había otra en la entrada del hospital de San Vicente de la Roqueta y documentada por cronistas y eruditos de época moderna.

 

Monasterio del Puig

 

En la iglesia del Monasterio de la Virgen del Puig, hay un bajorrelieve escultórico que no representa al rey Jaime I, pero que hace memoria del monarca, ya que en la edad media se creía que fue una imagen milagrosa que apareció en el Puig después de la conquista cristiana. Se trata de un icono que avalaba la presencia del cristianismo con anterioridad al establecimiento de los musulmanes en el Sharq al-Andalus.

 

Arquitectura

 

“El recuerdo de Jaume I por medio del urbanismo y la arquitectura está muy presente en el período. Las crónicas dan cuenta de la presencia de Jaime I en muchos espacios de la ciudad hasta el punto de que hacen una especie de arqueología de la conquista: reviven la efeméride bélica identificando elementos del paisaje urbano”, explica Francesc Granell.

 

Este estudio revisa la documentación histórica existente, pero también ofrece un nuevo material de archivo relevante para la materia. En este sentido, como afirma el director de la tesis, Amadeo Serra Desfilis, “la tesis de Granell reconsidera la imagen póstuma del rey Jaime I con la voluntad de proponer nuevas claves de lectura y cuestionar los supuestos que las investigaciones habían dado por válidos hasta ahora”. 





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